domingo, 15 de diciembre de 2013

La Susi ha desaparecido

     La Susi hace algún tiempo que está desaparecida. La crisis también ha llamado a su puerta. Ella, que es una chica desenvuelta, decidió, como tantos otros "JASP" -jóvenes aunque sobradamente preparados- hacer las maletas y partir en busca de un futuro más esperanzador que el presente que aquí tenía. Así, un buen día en que estábamos todos reunidos nos comunicó con su habitual desparpajo, como que no quiere la cosa, -y sin anestesia- que se iba a “hacer las Américas”.
     Como es natural, nos quedamos muy sorprendidos y repentinamente enmudecimos todos. Sentí que se mascaba la tragedia. El silencio fue total.
     El primero en reaccionar fue Pablo, su padre. Tan solo fue capaz, por un instante, de inspirar lenta y profundamente el aire enrarecido de la salita y dar un fuerte resoplido después. Luego se llevó la mano a la boca, apoyó el codo en la mesa y miró a ninguna parte. Estaba desolado.
     Yo lo observaba, entristecido. Sabía el terrible mazazo que suponía que la niña de sus ojos se marchara de casa. Ya hace algún tiempo, cuando estuvo de Au Pair, primero en Austria y después en Irlanda, costó trabajo acostumbrarse. Ahora, América... Demasiado lejos.
     Así estábamos: absortos y traumatizados por el anuncio de la Susi hasta que, finalmente, tras lo que parecía un inacabable silencio, mi mujer preguntó inquisitiva, en su estilo habitual, realizando una batería incesante de preguntas que disparaba infatigable, como una ametralladora:
     - ¿Qué? ¿A Argentina? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Por qué? ¿Nos escribirás? ¿Quieres que hable con Puri? Fabio, su marido, es argentino. Ya sabes que lleva muchos años aquí... y la verdad es que no le va mal del todo, ¿no?
     (Mi mujer en estado puro. Todos abatidos por el sorpresivo anuncio y, ella, en cambio, ¡como siempre!, a lo suyo).
     - Ya, pero es que Fabio vive en España y ella se va de España -recalcó Pablo con cierto retintín. Además, nadie ha hablado de Argentina – prosiguió. Allá tampoco están para tirar cohetes, dijo finalmente.
     - Irá a la América de habla hispana, tal vez a algún lugar de Sudamérica –supuse yo. Ahora muchos jóvenes están empleándose en Chile, un país que está alcanzando un cierto desarrollo económico y social.
     - La verdad es que... -titubeó la Susi- me gustaría poner en valor mis conocimientos de inglés y vivir en un país grande, acogedor, donde las oportunidades existieran realmente. Un país donde nadie se sintiera extraño... ¡¡¡Estados Unidos!!! -exclamó con energía.
     Bueno... Esta chiquilla siempre haciendo locuras -pensé yo. Ahora nos quedamos todos un poco huérfanos. Hasta mi Santa estaba preocupada por su porvenir.
     Ciertamente, una cosa era vestir vaqueros, tomarse una hamburguesa en un McDonald’s o en un Burger y beber CocaCola, y otra muy diferente era irse tan lejos para revivir "el sueño americano".
     ¿Triunfará la Susi en América? 
     Who knows!

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